Por: Mauricio Linder
Cinco libros a la mitad. Cinco!! Eso suena mucho y eso que no menciono el intervalo de tiempo en que se compró el primero y el último. Y mucho peor, el por qué empezamos el segundo (en ese punto no hay marcha atrás; vas coleccionando círculos sin cerrar).
Uno acaba echándole la culpa de esto a muchas cosas: falta de tiempo, falta de interés en el tema, falta de interés en todos los temas, falta de ambientación y luz adecuadas, falta de motivación, falta de una café “pa’ que amarre” o ya el muy patético “es que ya van a estrenar la película”.
Lo cierto es que a pesar del boom de librerías y cafés de interés general y de ambientes “súper cool” para retomar la lectura, aún no logramos justificar su cada vez más creciente oferta.
En algunas vacaciones, platiqué con un norteamericano. Nótese que TODOS tienen un libro en un camastro o sobre la arena. Ellos leen todo el tiempo. Su opinión es que sí, leen mucho, él mismo juzga que todo lo que lee es basura. Los best sellers más comerciales y que se limitan a la colección de Stephen King, los viejos títulos de Sydney Sheldon o todo aquello que ya está o estuvo rodándose en Hollywood.
Aquí leemos La Prensa. Algún otro? Claro!! El Reforma y el Universal en las cada vez más premiadas secciones de Gente, Primera Fila o como se llamen las de Espectáculos. Ya en este asunto, no olvidemos cómo enriquecemos la mente con R.S.V.P. o Club Social, Caras y Quién.
Vamos a cerrar círculos. Vamos a retomar esos libros. Si son temas de los cuales ya no nos acordamos tal vez vamos a descubrir que teníamos una ansiedad oculta u olvidada. Vamos a ambientar nuestro lugar favorito para leer más o buscar uno fuera de casa. Ya de menos, va a funcionar para tener nuevos temas de conversación.
Veamos al libro como al vino en un sentido totalmente estadístico: el mexicano sólo lee menos de un libro al año, como bebe vino: menos de una botella al año. Si nos acostumbramos a todos a tomar vino mientras leemos aventamos los números hasta arriba!!!
Hay que hacer book shopping!!
Escrito, conceptualizado y entregado (a regañadientes) por Mauricio Linder, imparte la materia de administración del hospedaje en la Ibero.
28 agosto 2007
La eterna levedad de leer
20 agosto 2007
Sobre el problema de la lectura en nuestro país
Por: Sergio Unzueta C.
El problema de la cada vez mayor pérdida del sano hábito de leer es un fenómeno que no es exclusivo de México, o de Latinoamérica. También los países más desarrollados culturalmente (obviamente los gringos no están incluidos), padecen cada vez en mayor medida de esta pérdida, aunque claro, con las debidas proporciones.
La idea es fácil de entender si consideramos que la región geográfica y sociocultural a la que pertenece nuestro país es pobre económicamente, pero paupérrima en asimilación cultural. (No me gusta decir que somos pobres en cultura, porque paradójicamente somos muy ricos en expresiones culturales, que muy pocos valoran).
Si a esta consideración le agregamos aquella genial frase de Don Porfis, que decía “Pobre de mi México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”, pues podremos entenderlo mejor. De propia experiencia puedo contar que el estudiante gringo promedio encuentra verdaderos problemas para encontrar a Brasil en un globo terráqueo, y más de uno de ellos cree que su “mortífero” enemigo, Irak, está en Europa (probablemente junto a los Alpes).
La influencia de nuestros patógenos vecinos es innegable, hemos cambiado el libro por el cine, que nos emboba y enajena como los niños en que los gringos quieren convertirnos (a nosotros y al resto del mundo). Sus efectos son tan obvios que ni les damos importancia, y es que el tema más socorrido en cualquier conversación socializante, siempre es, después del clima, sobre la última película en cartelera. Es cómodo y es práctico: En una hora y media, uno se puede nutrir de la suficiente cantidad de nimiedades para poder parlotear una hora en cualquier lugar con gente que apenas se conoce, y además (para los menos afortunados en manera intelectual) permite hasta darse el lujo de ser un tipo “conocedor”. Me resulta muy simpático cuando conozco a alguien que me dice “me encanta el cine, sé mucho de cine…”, después resulta que el tipo no tiene idea que se hace cine otros países que en territorio yanqui. Para mí lo que dicen es más bien “sé mucho de la güeva que me dan los libros”. No hablemos del pobrecillo que se jacta de dominar las telenovelas, y además sentirse orgulloso de que Televisa haga las mejores telenovelas del mundo, tal vez sea porque después de los estadunidenses, tenemos a los mejores enajenados (sin mencionar a los mejores obesos).
En fin, mi apreciación en conclusión es que la pérdida del hábito de leer ocurre a nivel mundial, y, para variar, golpea en mayor proporción a los países más fregados; y más fregados estamos nosotros, ubicados a un ladito de los güeros zonzos estos, de los que hemos aprendido a pendejear como los grandes.
Honestamente, no creo que se trate de un problema reversible, sin embargo, para la tranquilidad de las conciencias susceptibles, recomiendo más libros y menos cine joligudense (que jode el cerebro) con palomitas (que joden la digestión).
Don Serch es un claro ejemplo de ganas de hacer las cosas. Es un prestigiado arquitecto egresado d ela UAM y pues tambien tiene una intersante forma de ver las cosas. sergio_unzueta@hotmail.com
17 agosto 2007
Lee... y nutre tu cerebro
13 agosto 2007
Cinderella complex
Por: Mauricio Bañuelos C.
México D.F. 1951, Televisa bajo las siglas XEW canal 2 realiza su primera transmisión desde las instalaciones del Parque Delta (hoy demolido y convertido en un centro comercial) ¿quién iba a pensar que ese día iba a ser el armagedón de la cultura en México? ese día nos despedíamos de los libros para abrirle paso al superfluo mundo de las telenovelas seis años después...la culpable "Senda de gloria" ahí empezó todo.
Solemos confundirnos con que el término telenovela es sinónimo de melodrama. Melodrama es un género aplicable en cualquier corriente, así como la tragédia o la pieza. Y ojo, también hay de melodramas a melodramas, creo que del "Tranvía llamado deseo" de Tennessee Williams a las Muchachitas como tú de Emilio Larrosa hay todo un abismo. Creo que las telenovelas explotan el peor lado del melodráma (personajes sufriendo por su lugar en la sociedad y el poco auto-conocimiento de los personajes) al máximo. Al ver la televisión nacional es imposible preguntarse ¿Acaso en México nadie escribe mejor? es una idea aterradora el solo pensar que ese sea el talento de los dramaturgos mexicanos.
Gran parte de la culpa no la tienen los programadores, porque es precisamente eso lo que el público pide. Un público subestimado en realidad pero ya tan acostumbrado a ver las historias de la Cenicienta que prácticamente se les podría declarar muerte cerebral. ¿para qué leer? si puedo ver todos los días a una actríz del calibre de Anahí representar todo lo que quiero ser. Puedo ver a Thalía convertirse en millonaria y ligarse al rico. ¿Para qué leer Romeo y Julieta que inspirò todo eso si lo puedo ver masticadito en televisión una y otra y otra vez?. Todos queremos ser la Cenicienta, entenderlo facil y no pensar. Un libro requiere el esfuerzo de imaginar y cambiar las páginas, además en México la mayoría de la población su cultura literaria llega al TvNotas ¡todo es un círculo vicioso!. Si tan solo la gente tuviera el hábito de leer, sabría lo maravilloso que es poder leer una historia y realmente hacerla tuya. Los personajes tienen la cara que tu quieras y la identificación no disminuye, al contrario. Si supieran que las historias que ven en su "comedia" (término usado por abuelitas, y creo que realmente más acertado que melodrama) tienen un origen literario, un legado tan importante que llega hasta su televisión una y otra vez desde hace 50 años.
Por otro lado no creo que la televisión mexicana esté perdida. Y no niego haber visto telenovelas como cualquier mexicano, sin embargo creo que hay más que ver. Más historias que contar, el público méxicano no debería encerrarse en un mismo tipo de televisión, es más no solo encerrarse en la televisión. También hay libros, hay cine, hay teatro. Sin embargo las televisoras nos tienen acostumbrados a no pensar, a solo sentarnos en un sillón a recibir lo que un genio como Juan Osorio nos va a ofrecer. Que es basicamente La Cenicienta reloaded.
Creo que para que la gente volviera a leer nos deberíamos ir desde la infancia. El programa educativo de la SEP en cuanto a ese apartado es realmente pobre. El poco apoyo a la cultura en nuestro país es alarmante, precisamente porque somos un pueblo subestimado, y nos subestimamos en todos los àmbitos. Por lo pronto, lo único que desgraciadamente nos queda por hacer es cada quién hacer su tarea, y esperar que en muchos nazca la necesidad de ver, leer, algo diferente, mas allá de lo que nos pueda ofrecer la televisión abierta. Pensar que merecemos conocer algo mejor y que un libro nos llevará a lugares que un programa de televisión jamás podrá. Así y solo así podríamos deshacernos del complejo Cenicienta.
Mau es de los pocos estudiantes de actuación que realmente sorprende... leanlo leanlo!!! mauriciobx@gmail.com
10 agosto 2007
... Las cosas iban de mal en peor
Esta viñeta forma parte del trabajo de un gran ilustrador llamado Alberto Montt. Dense chance de ver todos sus demás trabajos publicados en su BLOG
08 agosto 2007
Crónica fragmentada sobre cómo me convertí en lector en la época pre-Harry Potter
Por: Ginés Navarro
El recuerdo nítido, un libro muy antiguo, pasta dura de piel, pequeño en dimensiones, hojas de papel increíblemente delgadas, primera edición española de “Viaje al Centro de la Tierra”, un regalo de mi abuelo, mi iniciación al mundo de la lectura y Julio Verne el guía hacia un universo de fantasía.
6 años apenas, leer es la mejor forma de viajar.
Adolescencia tardía, los cambios habituales, un adicto declarado a la lectura, otro regalo, ahora de mi madre, una edición de las obras completas de Oscar Wilde, un grueso tomo de más de 1,000 páginas, otra vez de papel increíblemente delgadas y las lecturas se volvían más complejas conforme crecía.
12 años, leer logra grandes cambios y aporta grandes lecciones de vida.
Un tedioso trabajo de verano, el robo de un libro, lectura como placer secreto, disminución del tedio, Demian de Herman Hesse, fascinación absoluta, una creciente necesidad de ser yo mismo pero sin faltas, el libro volvió a su lugar original después de la última frase claro.
20 años, leer despierta la conciencia.
Un gran autor de mi edad, una recomendación suya sobre un libro de Paul Auster, una librería enorme, el gran autor de mi edad enfrascado en su búsqueda, amor inmediato, un par de miradas, ni una sola palabra, el libro de Paul Auster en mis manos y finalmente entender porque lo recomendaba.
27 años, leer enamora.
He escrito guiones, adaptaciones, slogans, traducciones, reportajes, ensayos, tesis, cuentos, poemas, cartas, notas, he leído guiones, adaptaciones, slogans, traducciones, reportajes ensayos tesis, cuentos, poemas, cartas, notas, novelas y subtítulos.
30 años, leer es una forma de vida.
Leer es viajar, es aprender, es despertar, es enamorarse, leer es vivir, leer no mata.
Ginés Navarro. Escritor, dramaturgo urbano y publicista. Una mente torcida atrapada en el cuerpo de Hierro de un Palacio. Y aún no han visto su BLOG. gines77@hotmail.com
06 agosto 2007
En voz alta
Por: Hugo Krieger
Mi estimado Erik, es pues esta la primera de las entregas y humildes contribuciones que espero hacer a tu novel proyecto digital. ¿Por qué la gente no lee en México?, me preguntabas con un buen grado de curiosidad e inocencia, (al menos así te imagine del otro lado del monitor). Y vaya embrollo en el que me metiste, así a bocajarro lo primero que atine a contestar es “pues por falta de cultura y hábitos”, y parecería una idea razonable, pero de inmediato me asalta toda una artillería de preguntas que ni la Hilton tuvo al salir de su breve prisión.
Si bien es tema reiterado en cuanto discurso político se deja oír, así sea del “Presidente” del país o de la acalorada discusión con el “Paisa” ese de los tacos de la equina, la educación es la clave de un país de lectores, pero no solo de pan vive el hombre y no solo con libros se educa un país.
Tu no estas para saberlo ni yo para contarlo, pero te cuento que mi primer encuentro con las letras fue toda una experiencia, no así con los números ni sus derivados, recuerdo que pasé con penas mis primeros años escolares preguntándome en muchas ocasiones por que tenia yo clases cuando miles de niños, mis primos, vecinos y demás vecindario, estaba en eternas vacaciones, muchas ocasiones debido a huelgas, o días de descanso, o “días económicos” y demás babosadas que les otorgan “derechos” a los forjadores de la juventud mexicana. Recuerdo que me encantaba leer sobre todo en voz alta, al compás que puntos y comas marcaban, era como un juego el leer todo cantadito, solo he de confesarlo, para al terminar ir corriendo a ver Remy, Thundercats o los Halcones Galácticos.
Déjame contarte algunos datos para comenzar a darnos alguna idea a la pregunta original, fíjate Erik que en México según la SEP, la escolaridad promedio es de 7 años, o sea que en promedio los mexicanos tenemos educación de primero de secundaria a lo más, sin embargo esto se pone peor aun, por que uno de cada dos habitantes en el país con más de 15 años no termino la educación primaria, lo que en realidad no nos hace un país de nivel secundaria, sino un país analfabeta.
¿Sabias que en los países desarrollados como Noruega el promedio de educación supera los 15 años escolares, qué en cambio en tierras aztecas del 100% de niños que ingresan a la primaria solo el 20% concluye la educación media superior? ¿Y que de los 20 afortunados solo el 5% termina alguna instrucción superior?, en verdad apabullante ¿cierto?.
Fíjate que en lo que respecta a la calidad en la educación, un indicador importante lo constituye el estudio PISA (Programme for Internacional Students Assessment), de la OCDE. Que en su versión más reciente, (2003), México ocupó el lugar número 37 entre 40 países en los exámenes precisamente de lectura, y bueno no se diga de las matemáticas o ciencias.
Los datos dan cuenta de lo mal que estamos en materia educativa. Pero vienen pues las dudas ¿Este es el problema para un país de lectores? ¿En verdad la educación genera riqueza y desarrollo?, Jorge Luis Borges (o José Luis Borgues pa’ Chente), decía “No sé si la instrucción puede salvarnos, pero no sé de nada mejor”, y quizá tenia algo de cierto. Países como Corea, Vietnam, España o Chile de este lado del mundo, han incrementado su Producto Interno Bruto, después de ambiciosos programas educativos y serias reformas al sistema escolar de sus países.
Esto además ha sido acompañado de procesos democráticos, de participación, transparencia y rendición de cuentas, por supuesto, de la cooperación de todos los sectores de la sociedad, dígase gobierno, empresas, sindicatos, maestros, padres de familia y por supuesto alumnos.
Ya sé que seguramente estas pensando “Pero ahí no tienen a nuestra Emperatriz magnánima, señora de los libros, monarca de la belleza, torre de marfil, casa de oro, arca de la alianza y puerta al cielo magisterial” y en efecto, del privilegio de contar con su Alteza Serenísima Doña Elba Esther, solo contamos nosotros. He aquí tal vez una pista para entender el atraso escolar, el SNTE, ese mamotreto de sindicato que se ha adueñado de la “educación” en este país y su estrechisisisisima relación con el quehacer político.
Yo no se si sepas Erik, pero al menos durante los últimos 20 años esta especie de quimera tibetana, con los ojos en fuga rumbo a la nuca, cuerpo acostalado y sin forma adivinable debajo de ese vestido casisisisimo que, usado por ella, parece ganga de Pericoapa, etc etc, ha sido protagonista en la escena política del país, lo mismo con Carlos Salinas, Zedillo, o nuestros presidentes Fox y Calderón, ha conseguido acuerdos que le otorgan exención de impuestos a todos sus súbditos (agremiados pues), o millonarias sumas en efectivo para becas y cosas por el estilo.
De entrada pues, el gremio magisterial quien debiera ser garante de la educación en el país esta más ocupado cobrando favores electorales y fortaleciendo a este monstruo tropical que para nadie es secreto llevó al triunfo (o aseguró) la permanencia de Calderón como presidente.
Los indicadores no mienten, a la hora de planear e invertir, México demuestra que piensa y decide con la cabeza puesta en la dependencia y el subdesarrollo, aceptémoslo, nos gusta este carácter tropical. Nuestras dos principales fuentes de ingresos, las remesas de los paisanos y el petróleo, no tienen nada que ver con el talento de muchos compatriotas y son muestra de lo mediocre de nuestras aspiraciones.
Hace falta una reforma educativa a fondo que fomente la creatividad y la resolución de problemas y una planeación adecuada de los recursos que se destinan a educar y capacitar a los mexicanos de todas las edades, reforzando valores históricos e imprescindibles como la laicidad (no que ahora el Santo Señor Cardenal Betito Rivera, quiere darnos clases gratis de catecismo en la escuela a la hora del recreo), Fernando Savater, dice que las posibilidades reales de que una sociedad con bajo nivel educativo pueda llegar a ser democrática son prácticamente nulas, porque, afirma, sin conocimientos es imposible tomar decisiones fundadas.
Y ya ves Erik, en este país es más importante ver la repetición número 59 de Maria Mercedes y Quinceañera que tomar un buen libro, el periódico, o ya de perdida el Libro Vaquero. Pero en definitiva dicen que se “predica con el ejemplo” y el ejemplo que la mayoría recibimos de nuestros profesores no fue leer a Rulfo o Sabines, sino usar la creatividad para inventar excusas para no asistir a clase o al trabajo, lo mismo da, el dejar pasar que al cabo lo que importa es el partido en el recreo o la final ante Argentina.
No leemos en México, por que tenemos más preocupaciones, ya sea la novela de las 9 o incluso buscar que comer ese día, pero además a veces tengo la triste impresión de que no leemos por que quien lee ejerce la libertad y la razón, y al parecer es un lujo que no puede darse en este país.
El siempre polémico político tan polite Sr. Krieger es una fuente inagotable de izquierdismo político. krieger_23@hotmail.com
02 agosto 2007
Leer nunca fué tan cómodo
Pensando en porqué la gente no lee, pensé en mi misma, qué es la parte que me desespera cuando leo un libro.
Lo primero que pensé fue... SE ME ENTUMEN LOS BRAZOS.
No se si sea porque yo tenga un problema de circulación, ja,ja,ja, pero cuando llevo un rato leyendo se me cansan feo los brazos.
Cuando me pasaba esto ya ideaba como hacerle para que no me sucediera y seguir leyendo cómodamente, o también, hay veces que quiero comer un tazón de leche con cereal y bueno… o sujeto el libro, o la taza, o sino como le hago para que las páginas no se regresen...
Pues aquí tienen esa solución:
Aquí tienen el sistema de sostenimiento articulado, y sujetador de libros.
Un sistema fácil y sencillo de usar en la comodidad de su hogar. No es nada estorboso a la hora de su guardado, es completamente articulable y podemos esconderla donde queramos.
Tiene varias maneras de sujetar el libro dependiendo de tu posición favorita de lectura.
La mía por ejemplo es acostada, me encanta!!!! Entonces podemos usar la posición que tiene del libro hacia abajo y me lo pongo a los costados de mis brazos, y sino, me recargo en la pared y sentada desde mi cama realizo mi tranquila lectura rotando nuevamente el sistema, hasta la posición que más me ajuste. Y MIS BRAZOS????, libres de tortura.
Idea original - y mucho - de Estela López Castro. Ah! y de verdad que no pueden perder de vista su BLOG en serio vale muchísimo la pena.
Para mortales
01 agosto 2007
Homenaje a Dalí o Cómo un libro cobra vida
Editando ideas
Por: Antonio Barrón
Y de repente, las barreras de la comunicación y la libre expresión desaparecieron, un buen día, abrimos los ojos y tenemos el poder de expresar, crear, transmitir, guiar, informar y decir lo que en nuestra cabeza ocurre. Miles de personas hace algunos años deseaban poder expresar sus ideas y que gente de cualquier parte del mundo tuviera la facilidad de escucharle, o en este caso leerle; en muchas otras ocasiones pagaron el precio de poder decir lo que muchos no tenían las agallas de decir, algunos otros se encuentran conviviendo con los gusanos de los que son parte ahora, no teniendo la oportunidad de ver el gran avance al que hemos llegado; bueno, muchos de los que estamos vivos aun no nos hemos percatado tampoco, de la importancia del famosísimo BLOG.
Gracias a esta maravillosa aportación, el internet nos permite plasmar de manera libre y desmesurada cualquier cantidad de textos y distintos mensajes que en cualquier parte del mundo pueden leer, lo impresionante es que muchos lo ocupan para plasmar las cuestiones mas patéticas y aberrantes que puedan tener, como subir videos haciendo tonterías, escribir de chismes que suceden en su escuela y demás cuestiones banales, pero hay espacios que se destacan por su aportación y análisis a problemáticas sociales, ambientales, de raza y discriminación, puntos de vista sobre temas en común, agallas de exponer puntos que son válidos y que ahora forman parte de una nueva cultura virtual, para fomentar la lectura, ampliar un poco más el marco teórico conceptual de cada lector, mejorar la redacción y la escritura y las ganas de ser una nueva generación que si tenemos algo importante que decir.
En estos puntos radica la importancia del aclamado BLOG, tenemos que concientizarnos de la enorme responsabilidad que tenemos en nuestras manos, al manejar un medio de comunicación masiva, y cuidar muy bien el contenido que de nuestros dedos se emana a los demás, percatarnos que tenemos una de las mayores armas en el mundo, me refiero a la comunicación, al poder de la palabra, el formar una ideología, la cual nace de una simple idea de algún individuo que decide plasmarla ya sea en papel, grabada o virtualizada.
Ahora que tienes la facilidad de leerme y de participar, solo queda pensar un poco y aprovechar lo que la tecnología nos da, simplemente es cuestión de querer hacer las cosas, y externarlas. Por lo que de momento solo queda preguntarme, ¿Qué vas a decirme en la siguiente hoja en blanco?
El Buen Toño estudia publicidad. c_bradshaw_21@hotmail.com
¿Es cierto que los mexicanos no leemos?
por Nora Torres.
Dicen los que saben, más bien las estadísticas, que en México no se lee. Si tomamos en cuenta los datos que aseguran que mientras en Canadá una persona lee, en promedio, 17.5 libros al año y un mexicano sólo 2.9 libros (eso que ya aumentó y que toma en cuanta los textos escolares), entonces existen motivos suficientes para alarmarnos.
Sin embargo, yo no diría que en nuestro país no se lee. Es una realidad que la lectura forma parte de las actividades diarias de varios millones de mexicanos.
Más bien, yo preguntaría ¿qué leemos? Con base en los datos anteriores, es un hecho que libros no.
Las novelas de Saramago, Ibargüengoitia o García Marques, la poesía de Octavio Paz y Jaime Sabines, el suspenso de Stephen King o Edgar Allan Poe y la picardía de Armando Ramírez son tema de conversación en sólo algunas reuniones.
Los tomos de historia, los estudios de biología o los tratados económicos son asunto de universitarios e investigadores clavados en el mundo académico.
Mi hermanito Lalo (bueno, tiene 24), estudia Diseño Industrial y nunca ha leído un libro completo. “En cuanto empiezo a pasear mis ojos por las letras, me da un buen de sueño”, me confiesa entre risas el muy cínico.
Y digo cínico porque bien que sabe que “sólo pasea los ojos” y a mí no me hace ni tantita gracia. Pero he de decir que no lo culpo de todo a él.
Muchos de nosotros comenzamos a leer obligados por maestros de secundaria quienes para acreditar la materia de Español, Redacción –o como quieran llamarle- nos hacen leer de cajón El Principio, El Perfume o Crónica de una Muerte Anunciada.
Pasamos el examen final y sentimos alivio porque la historia esa donde una niña judía de 13 años escribe sus vivencias mientras está escondida a causa de las persecuciones nazis (El Diario de Ana Frank, para los que no saben), al fin terminó.
Entonces, ustedes ilustres sin quehacer que me leen (se los agradezco profundamente) se han de estar preguntando: ¿por qué esta loca dice que en México si se lee?
Aquí mi respuesta.
Sólo es cosa de subirse al metrobús, al micro o al metro y ver cuántas personas están leyendo algo. Los que van sentados, hasta se acomodan, agachan el cuello, con una mano “cuidan su equipaje” y con la otra toman el documento. Los que van de pie hacen gala de su equilibrio para cargar una mochila o bolsa, colgarse el suéter en el cuello, apepenarse del tubo y con una misma mano sujetar el folletín y hasta cambiar de página.
Inténtelo, dense cuenta de esta realidad. Las personas de verdad leen y no sólo en el transporte público, también en las salas de espera, mientras hacen fila, en la cama y hasta en el baño.
Las revistas de chismes, los periódicos de nota roja, las novelas rosas, las publicaciones donde el principal atractivo son las fotos de “estrellas” con poca ropa sin mencionar los reportajes tan educativos que explican ¿cómo lograr un orgasmo?, o ¿cómo se le llama al sexo oral en otros países?, son, como dirían por ahí, “la delicia de chicos y grandes”.
Hagan memoria, recuerden cuántos puestos de periódicos han visto en las calles. Por ejemplo, en Avenida Juárez (muy cerca de donde trabajo) hay más de 10 en ambas aceras (contados por mi).
Es decir, en un pasaje de casi un kilómetro es posible ver un establecimiento de este tipo cada 50 metros (aproximadamente). Sin contar un Oxxo, un 7 Eleven, Plaza Alameda donde también se pueden encontrar publicaciones periódicas como las mencionadas.
En una investigación hecha por mí (valga la fuente), en promedio cada puesto tiene entre 10 y 15 años de antigüedad. Entonces, son negocios muy rentables; aquí vale la pena otra frase hecha “hay mercancía porque hay mercado”.
La misma afirmación aplica también para las casas editoriales, responsables de títulos tan llamativos como Órale!, El mundo de los ovnis o Box y Lucha.
Entonces después de este micro análisis y tantas letras “regadas” en el ambiente, ¿seguimos creyendo que en México no se lee? Yo lo vuelvo poniendo en duda.
La hermosa y siempre rojilla Nora trabaja como Redactora comercial en El Universal. nocetoma@yahoo.com